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El agua es una de las cosas mas importantes en mi vida, estoy tomando agua todo el día y aunque no lo creas, ando con un termo de agua para todas partes. ¡A veces compro carteras pensando en si me va a caber el termo, y si no me cabe, aunque ya esté cargando el celular y la computadora y mil cosas más, me convierto en un pulpo para poder llevar mi termo en la mano junto a todo lo demás!
A la hora de dormir, lleno mi termo de agua y lo dejo en la mesita de noche. A media noche, que casi siempre me despierto a ir al baño, tomo agua. Todas las mañanas, lo primero que hago es tomarme el resto del termo de agua. Como este termo amanece en mi mesita de noche, solo tengo que hacer el mínimo esfuerzo para tomármela.
¡Yo salgo con mi botellita de agua en mano!
Cuando salgo de viajes, lo primero que hago al llegar es comprar botellitas de agua que me duren para la estadía completa y tenerlas en la habitación. Todos los días, no importa si es a comprar, si es a un museo o si es a lanzarnos de paracaídas, ¡yo salgo con mi botellita de agua en mano!
El agua tiene demasiados beneficios para no aprovecharlos, por ejemplo:
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Mejora el Sistema Inmunológico
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Evita el dolor de cabeza y la migraña
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Ayuda en la digestión
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Ayuda a perder peso
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Evita el estreñimiento
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Ayuda a mantener una piel sana y bella
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Reduce el riesgo de Cáncer
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Ayuda con la resaca
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Alivia la fatiga
"Compra un termo que mantenga la temperatura del agua y déjalo en el carro"
Muchos se quejan de que no toman agua porque se les olvida. Si no quieres andar con un termo debajo del brazo como yo, compra un termo que mantenga la temperatura del agua y déjalo en el carro. Si eres de los que están en una oficina, o en un mismo lugar, mantén un termo lleno de agua en un sitio visible, donde siempre lo veas. Estos termos deben ser prácticos para abrir y cerrar, que tomen el mínimo esfuerzo para poder tomar agua. Aunque no lo crean, el proceso de ir a buscar agua, de servírselas y el proceso de tener que darle quince vueltas a un termo para que abra, desarrolla una pereza inconsciente que nos impide tomar agua.
Otra opción es ponerte una meta de cuantos vasos entiendes que sería lo mejor para ti. Yo he sido muy tradicional con los famosos “8 vasos de agua al día”, por lo tanto, mi meta son 64 onzas de agua y las divido en dos partes; 32 onzas antes del mediodía y 32 onzas después del mediodía.
Otros se quejan de que el agua no les gusta, pero inténtala en diferentes temperaturas a ver cómo la toleras más. Antes de mi tercer embarazo, yo siempre tomaba el agua a temperatura ambiente. ¡No sé qué fue lo que pasó que hoy día, la prefiero fría mil veces!
También, no tienes que tomarte el termo entero de una sentada, la idea es ir tomando pequeños sorbos durante el día, ¡de poco a poco se llega a mucho sin darnos cuenta!